miércoles, 19 de julio de 2017

La trayectoria intachable y la verdad de Antonio Tejero





Más de 40 años de dedicación a este maravilloso pero también complicado, en ocasiones, mundo del toro, son los que lleva recorridos Antonio Tejero. 
El 8 de septiembre de 1976, debutó como novillero con caballos en la Plaza de Toros de Cabra (Córdoba). De orígenes humildes, siempre tuvo clara su vocación y su deseo de ser torero. En 1986 debutó por primera vez como banderillero. Ha estado tres años en la cuadrilla de Finito de Córdoba y nada menos que 22 en la de Enrique Ponce. El 6 de noviembre de 2011, en la Monumental de México, decidió despedirse de los ruedos. Ese emotivo día, el maestro Ponce le brindó el toro que quiso lidiar de regalo.


Actualmente sigue vinculado al toro como apoderado de David Mora con el que lleva desde 2010 y como empresario de la Plaza de Toros de Pozoblanco.

¿Cómo es Antonio Tejero?

Soy muy normal, amigo de mis amigos, enamorado de mi familia, de mi profesión. Me considero una persona justa, honrada y humilde. Lo que más me llena es ver felices a las personas que quiero.
Tras 22 años en la cuadrilla del maestro Enrique Ponce, habrás disfrutado de muchos momentos en Valencia

¿Qué significa para ti esta tierra?

Para nosotros Valencia siempre ha sido especial. Enrique vivía con mucha responsabilidad cada tarde en su tierra y siempre decía que verdaderamente donde pasaba más miedo era ahí por lo que quiere a Valencia y la presión de estar a la altura de su afición. Una afición agradecida y que va a la plaza a divertirse, es una de las mejores que hay en España. Apoya mucho a los toreros y son grandes aficionados.

¿Cuál ha sido el momento más bonito y el más duro en tu profesión?

He vivido muchos muy buenos. Tengo trofeos de prácticamente todas las ferias. También difíciles cuando Enrique ha pasado algún momento complicado, que afortunadamente ha habido pocos. Por suerte han sido muchas más las experiencias satisfactorias.

¿Cómo fue aquella última tarde en la Monumental de México cuando decides retirarte definitivamente?

Lo tenía madurado. En esos momentos ya estaba apoderando a David Mora y sentía más ilusión por esa apuesta y proyecto profesional que en seguir en los ruedos. Pertenecer a la cuadrilla de Enrique Ponce ha significado mucho para mí. Ir con él es lo que sueña cualquiera, era como tocar el cielo con las manos, pero era el momento de tomar esa decisión después de 25 años como banderillero.

¿Cómo ves el mundo del toro ahora mismo?

Llevo más de 40 años en el toro y te aseguro que como está esto ahora no lo he visto en mi vida. Es vergonzoso, pero ya no por el tema de los antitaurinos, sino por los mismos taurinos. Nos estamos cargando esto. Esta es la auténtica verdad, no es
porque a la gente le falte afición, es que la estamos echando de las plazas. Antes a los que triunfaban les daban cancha, ahora no sirve para nada. No sé lo que pretenden, pero ahora mismo el momento por el que atraviesa la fiesta es insoportable.
Se habla mucho del sistema.



¿Qué está pasando?

Simplemente lo que comentaba antes. Tú fíjate por ejemplo, David Mora el año pasado, después de una cornada que pudo costarle la vida, reaparece en Madrid con un triunfo rotundo, triunfador de San Isidro, ya de momento no te ponen en la Beneficencia. Antes con un éxito así, te daban dos vueltas a España por todas las ferias importantes y ahora mismo no sirve para nada, como no sea que estés dentro de ese “sistema”. Y la afición no quiere eso, quiere ver a triunfadores y esto no está sucediendo. Lo que no hay derecho es que en marzo ya estén todas las ferias prácticamente hechas por puros intereses. Y este año, más de lo mismo. El año pasado cortó tres orejas en Almería, dos en Palencia, por ponerte un ejemplo, y este año ni se acuerdan. Lo de Pamplona ya no tiene nombre, es un torero que quieren mucho allí, que ha sido triunfador… Y más de lo mismo, ofreciendo condiciones pésimas el año pasado y este, después de estar anunciado dos tardes en 2014 que por la desgracia que tuvo no pudo torear. A todo esto no hay derecho.
Desde hace 7 años apoderas a David Mora.

¿Cómo viviste el percance tan duro que tuvo en Las Ventas en 2014?

Es un momento que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. No tienes palabras, te quedas vacío, impotente. Yo sabía la gravedad del percance, esa espera fue horrible. Gracias a Dios que sucedió en Madrid. Me fui con él en la ambulancia y creo que pasé más miedo que él. Iba tiritando y semidormido por la anestesia y me quite mi chaqueta para arroparle y me dijo, “tranquilo apoderado que no pasa nada, tenía que salir por una puerta o por la otra”. Yo no sabía ni qué decir y él dándome ánimos a mí. Fueron momentos durísimos.
Y cómo viviste su reaparición.
Imagínate, después de dos años que perdió toda la musculatura, de tanto sacrificio, verlo como volvió en Vistalegre, con esa torería, ese temple. Luego llega San Isidro, con ese recibimiento tan emotivo, el brindis a D. Máximo, ese volteretón tan impresionante y la que le formó al toro. Fue rotundo, un cúmulo de emociones, la gente lloraba en los tendidos. Fue la recompensa y lo que merecía.
Después de tanta lucha y ser triunfador de San Isidro, tampoco fue un año fácil.



¿Se cometieron injusticias?

Todas las del mundo. Y si yo no me muevo ese año se queda en diez corridas de toros, cuando tendría que haber toreado mínimo 50 y todas de categoría. No es que solo fuera triunfador de San Isidro, es que mira que yo he visto tardes en Madrid, pero como yo vi esa tarde emocionarse a la gente, no lo he visto en mi vida. Veía a la gente llorar, y además fue unánime, estaba todo el mundo de acuerdo. Con esto te puedas dar cuenta como está el toreo y quiénes son los antitaurinos de verdad.
Durante esos dos años que no se sabía si David Mora volvería a los ruedos, se habló mucho de ti y de la lealtad que le demostraste al esperarle.



¿Tenías fe en que lo lograría?

David es una persona por la que merece la pena luchar hasta el final. Además de un pedazo de torero, es una persona íntegra, con un corazón que no le cabe en el pecho, siempre pendiente de todo el mundo, que se quita lo que haga falta para dárselo a los demás. Tuve muchos ofrecimientos de apoderamiento, pero yo con quien me ilusioné fue con él. Imagínate, él luchando para lograrlo y que yo me vaya con otro. Ahí había que estar por encima de todo y mostrar mi confianza y lealtad hacia él. Lo hice como me dictó mi corazón y como creo que lo habría hecho cualquier persona de bien.
Es evidente que entre vosotros el vínculo es mucho más que profesional. 
Por supuesto. Yo no me considero apoderado de David Mora, sino su amigo, su hermano. Hay un cariño, una conexión que va mucho más allá
Desgraciadamente hemos vivido recientemente el fallecimiento de Iván Fandiño y el año pasado el de Víctor Barrio. Es la realidad de este mundo y de que os jugáis la vida.


¿Crees que no se valora lo suficiente?

Claro que no se valora, y sobre todo los profesionales. Te valoran cuando te mueres o pasa una desgracia, esa es la realidad de esto. He visto hipocresía en el mundo, pero lo que estoy viendo en el mundo del toro es impresionante. Gente que te quiere quitar de los carteles, que no quieren torear contigo y luego se dan golpes de pecho.

¿Echando la vista atrás, crees que tanto esfuerzo ha merecido la pena?


La pena siempre merece cuando las cosas se hacen con cariño y con ilusión. Además quedan muchas cosas por hacer y por supuesto, muchos momentos buenos que vivir. Esto no ha hecho más que empezar. Hay muchas piedras en el camino pero David tiene muchísimo que ofrecer todavía. Poco a poco se allanará el camino porque como siga la cosa así, esto tiene los días contados.

¿Qué balance haces sobre Pozoblanco? ¿Qué objetivos te marcas como empresario?

Es algo que comencé el año pasado con mucha ilusión. Estoy rodeado de gente muy válida. Con el Ayuntamiento el trato es fenomenal y Pozoblanco es una plaza que la han quemado por mala gestión y que se merece volver a estar en su lugar.
El año pasado dimos una corrida de toros y otra de rejones con mucho éxito y este año estamos cerrando también la feria y esperamos la respuesta de la afición.


¿Qué es más difícil, ser banderillero, apoderado o empresario?

Cada cosa tiene lo suyo. Es cierto que como banderillero tu labor depende exclusivamente de ti, de tu preparación, de tu esfuerzo y dedicación. Como apoderado y empresario ya nos encontramos con otros factores externos que pueden complicar las cosas.
Hace unos años se generó mucha polémica por una foto en la que aparecíais David y tú con tu hermano, el actor Fernando Tejero. Le criticaron porque decían que él se había declarado abiertamente antitaurino.

Eso es mentira. Mi hermano jamás ha dicho eso porque no es verdad. Ha ido a vernos a la plaza, sus hermanos somos toreros, es amigo de toreros. Esa declaración no existe porque es falsa. Él ha reconocido que es animalista, en el sentido de que quiere a los animales como los quiero yo, no que sea antitaurino, que es muy diferente. Eso lo han dicho cuatro personas que tienen una vida vacía y no tienen otra cosa que hacer que hablar de los demás y decir falsedades.



¿Qué opinas sobre la polémica de que vayan los niños a los toros?

No lo entiendo. ¿Quién es para decirme a mí cómo educar a mi hijo y dónde tengo que llevarlo? Yo decido si quiero llevarle a ver un espectáculo y si no le gusta pues no le llevo más, así de sencillo. Es inconcebible.


¿Los toros son cultura, espectáculo o un negocio?

Las tres cosas. Los toros siempre han sido del pueblo, aunque evidentemente es un negocio, pero en los tiempos que corren, un negocio manipulado.

Por: Maite Torrente Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario